jueves, 29 de octubre de 2020

Los ojos de Marian

 Te miro y es como si en tus ojos encontrara una fuente de agua cristalina en la que veo mi reflejo y al contemplarme me reconozco enamorada.

Cada vez que puedo, cuando no te das cuenta, te miro en silencio y observo cada rasgo de tu cara, de tu perfil y nuevamente tus ojos, por supuesto, entornados y dedicados a lo que sea que hagas en ese momento. 

Son tus ojos la puerta a un mundo en el que me inmerso. En ese mundo encuentro todo lo que preciso para ser feliz. Hasta letras, como estas, que van saliendo de ti y yo solamente las canalizo en esta hoja blanca en la que te retrato, sin hacer real justicia, intentando poner en palabras la dulzura que encuentro en tu mirada.

Pasan los años y cada mañana agradezco a Dios despertar a tu lado. Amanecer así es más bonito, habiendo compartido la tersura de tu piel en la noche y soñando, sabiendo que tu beso me va a estar esperando y nuevamente la dicha de ser lo primero que veas, de que seas lo primero que veo. 

En tus ojos encuentro alegría, encuentro el significado de la vida que, si acaso pudiese ser traducido, estoy segura de que tiene tu nombre. 

Imborrable el recuerdo de la primera vez que encontré tu mirada fija en la mía. Imposible no sentir en todas mis terminales nerviosas la revolución que fuiste para mi vida. Desde entonces y hasta el final de los días quiero recordarte que no importa el lugar ni el tiempo, seguís significando todo lo que necesito y quiero para festejar que existo. 

No miento cuando digo que encuentro paz en tus ojos aún cuando conocí su enojo, porque hacen que no me olvide de la verdad de las cosas, que en el medio de una tormenta aviste la claridad que tendrá el cielo. 

La verdad de las cosas es el sentido que les damos para tener una mediana coherencia con la que conducirnos por nuestra vida: precisamente por eso digo que la realización de mi destino es caminarlo de tu mano. Todo lo que suceda a los costados de este camino, todo lo que lo surque, accidente o pueble, me resulta preciso vivirlo con el soporte que me da tu presencia que me hace sentir acompañada, a donde vaya.

Podría disertar y dedicarte muchas páginas (¿No ves acaso que todas las que escribo te tienen secretamente mencionado?) porque es inagotable la tinta que mana de tu persona y que provee a mi pluma con su encanto. 

¿Podrás recordar a diario cuanto te quiero, cuánto te amo? Si es así, bien entonces, porque de todas maneras estaré para recordártelo.

Las mujeres tenemos una manera bestial de amar. Una forma de amar que hace florecer a los capullos más cerrados. Te puedo asegurar que mi misión contigo siempre ha sido sembrar en tu alma, prender una candela, en aquellos rincones que hubieran oscurecido o, por algún motivo, quedado abandonados. Una mujer puede alojar vida en su vientre y puede alojar a un corazón en su corazón, porque la ternura que la hace abrazar a un hijo es también la capacidad para reparar, para curar, dar un infinito amor. 

Yo te amo con la fuerza que hace libres a los pueblos, que empuja a los barcos en altamar, que hace a un niño salir del vientre de su madre y hace crecer a los árboles del pulmón del mundo.

¿Cómo no amarte? Cuando encontré la suma de los valores que necesita mi vida para afianzar raíces. Pero, además, encontré en algún defecto la capacidad irrestricta de crecer en ellos y sanar las faltas. Sos el fuego que enciende cada parte de mi alma y que la acaricia para su descanso, cuando me encuentro tan alborotada.

Yo que sufro y que me alegro con tanta profundidad, intensa en ambas caras, no podría imaginar mejor modo de acallar los lamentos que encontrarme abrazada a tu cuerpo y con tu voz diciendo esas palabras que quiero escuchar para siempre de tu boca, las mismas que quiero que escuches de la mía, un te amo tan sincero que todo lo ilumina y me recuerda cuán agradecida estoy por tenerte conmigo en esta vida, por haberte encontrado de entre todas las personas, de entre todos los caminos, de entre todos los posibles destinos…

Aquí estoy, mientras te escribo, con este corazón elevado y este amar irrestricto que galopa como un imponente azabache. Lo que parezca inconquistable, no lo es a tu lado. 


                                                                 Los ojos de Mariano



Natalia A. López



4 comentarios:

  1. Hay valentía y amor en la ternura de tanta poesía hermoso lo q escribís!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchísimas gracias! Todo sale del corazón y lo inspira una persona especialísima :)

      Eliminar
  2. Expresión lírica colmada de romanticismo, ternura y delicadeza que llega al alma del lector. Prosa poética de hondo sentimiento, con un cariño y una pasión que brota con sinceridad plena del corazón enamorado de la autora.

    Felicidades Natalia por este excelente escrito.

    MARTÍN ISIDRO VÁZQUEZ LEÓN

    ResponderEliminar
  3. Expresión lírica colmada de romanticismo, ternura y delicadeza que llega al alma del lector. Prosa poética de hondo sentimiento, con un cariño y una pasión que brota con sinceridad plena del corazón enamorado de la autora.

    Felicidades Natalia por este excelente escrito.

    MARTÍN ISIDRO VÁZQUEZ LEÓN

    ResponderEliminar

Dime

Homenaje a Julito

En la soledad de mi habitación repasé los lomos, algunos con polvo,  de inconcebible desolación. Entre todos los Cronopios habidos Del lado ...