miércoles, 7 de octubre de 2020

¿Quién soy?

Estaba en los primeros años de escuela, cursando una asignatura llamada "Mis producciones escritas". Recuerdo la primer consigna, a la señorita escribiendo en el pizarrón y diciendo: "Escribir sobre quién soy".

La recuerdo, con gracia, porque creo que esa consigna dura toda la vida. Ojalá, con acierto, pudieramos escribir y decir "Aquí está la respuesta, esto soy". Pero es más complejo que eso, de allí que la vida sea un constante andar y hacer. Pero, en aquel entonces, lo que nos solicitaban era que escribieramos sobre características de nuestra persona, qué nos gustaba, sobre nuestra personalidad, nuestra apariencia. 

Cuando me encontré frente a la hoja rayada, con el lapiz negro en la mano, me sentí ilimitada. Sentí que podía arrojar todo lo que quisiera en ese desfilar de líneas grises y que nada podía impedírmelo. Una cosquillita en el estómago me decía que estaba emocionada, que tenía mucho para decir. Desde pequeña tuve mucho para decir, creciendo en una familia que siempre tenía algo sobre lo cual disertar.

Soy la menor de cinco hermanos, porque papá y mamá querían una familia grande. Cada uno de ellos con diferentes carreras, diferentes saberes, diferentes personalidades. De pequeña, caminaba entre bibliotecas con los mas diversos tomos de los más diversos temas. Con un padre "con muchas avenidas" como decía él y una madre gustosa de expresar su opinión sobre el mundo, la consecuencia directa era una niña con muchas ganas de leer, de decir, de saber. 

Amaba dibujar, amaba garabatear, inventarme historias, inventarme respuestas a las más originales preguntas que mi hermano Sebastián se encargaba de realizarme. Claramente, con fines divertidos, y yo nunca podía decir que no sabía, preferible una argumentación basada en la completa ficción y tomada de mi mundo de fantasías.

-Nati... ¿Por qué las hormigas son negras?

-Porque a la mamá les gustó ese color.

-Y, Nati... ¿Quién inventó la electricidad?

-Christian... (mi hermano mayor)

-Ok, y quién inventó la ropa...

-Seba, la ropa no se inventa ¡Sale de los cajones!

Así podía estar muchísimo tiempo, dando respuestas a las graciosas preguntas que me hacía Seba y con las que podíamos estar jugando mañanas enteras. 

Cuando aprendí a escribir, cuando me dieron rienda suelta para hacerlo desde la escuela y en la mesa de la cocina de mi casa, no dejé de hacerlo jamás. Es acaso la única cosa de mi vida en la que he sido constante. Que me ha gustado desde un principio y me gustará para siempre. Miro hacia atrás y, de entre todas las cosas dispares y sin terminar que veo, entiendo que las letras son la mejor manera de explicarme a mí y al mundo... Quién soy. 







 Natalia Araceli López.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dime

Homenaje a Julito

En la soledad de mi habitación repasé los lomos, algunos con polvo,  de inconcebible desolación. Entre todos los Cronopios habidos Del lado ...